©Andres Villota

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Casa tanda

Rosa y Jaime buscan construir una casa de campo para disfrutar de la naturaleza en su terreno, marcado por un imponente árbol de algarrobo. El paisaje seco de Tanda se ha modificado por sistemas de riego permitiendo que el terreno sea apto para la agricultura, actividad que representa una afición importante para la familia. Por otro lado, Rosa y Jaime conservan algunas cerchas metálicas para armar carpas temporales que pueden ser reutilizadas en la casa. Con estos antecedentes, se trazan las primeras condiciones del proyecto.

La propuesta inicial consiste en una disposición en planta rectangular que se divide en dos barras bien diferenciadas en su materialidad: una cerrada y pesada en la parte trasera y otra ligera y abierta que se enfrenta al algarrobo y la vista panorámica al valle seco.

El programa se organiza alojando dos dormitorios, sala y el comedor en el componente ligero del proyecto, mientras que los baños y la cocina se organizan en la barra cerrada. El ingreso divide transversalmente a la casa entre el área social y el área privada, a través de un espacio con vista directa al estanque exterior. El estanque se llena de plantas acuáticas y se alimenta de las aguas grises que producen baños y cocina.