Una presentación necesaria:
El proyecto de la memoria ilustrada de La Casa Catapulta es una consecuencia más de la pandemia y el periodo de aislamiento. Como tantos otros, tuvimos que adaptarnos repentinamente a un sistema de operación inexplorado, el trabajo remoto era la única alternativa y rápidamente comprendimos que era imprescindible reinventarse. En ese sentido, este proyecto nos exigió más atención que ningún otro porque implicaba un aislamiento especialmente agresivo: Lucie Daum, estudiante de arquitectura, había llegado desde Chile para trabajar con nosotros una semana antes del comienzo del encierro. Tras esa semana, la planificación de trabajo y las expectativas del descubrimiento de la arquitectura local y la ciudad, tuvieron que ser canceladas abruptamente.
Lucie tuvo que hacer lo que todos, encerrarse en su casa. La ciudad que desconocía se había reducido a este único lugar por descubrir a fondo: su casa, un pedazo más del Centro Histórico de Quito, La Casa Catapulta.
Este proyecto es el resultado de una exploración minuciosa (y, en cierta medida, también inevitable) de esta casa que se convirtió, literalmente, en el único lugar para ver. La experiencia de vivir, descifrar y contar un solo lugar en medio de una ciudad desconocida, no fue nada fácil. Fue un periodo tortuoso de muchas formas, pero también fue una oportunidad para procesar, con una parsimonia inusual, las historias y las sutilezas del día a día de un sitio muy particular. Las ilustraciones a continuación fueron desarrolladas en circunstancias inesperadas y, además de conformar una memoria sencilla de un Centro Cultural que milita desde el corazón de la ciudad, son el recuerdo de un periodo de trabajo único para nosotros y más para la Lucie.
Y nosotros estamos muy felices con el resultado.
El proyecto:
La Memoria Ilustrada de la Casa Catapulta nace con el afán de reconstruir la historia de una casa que, como tantas otras en el Centro Histórico, tiene un pasado igualmente difuso, misterioso y excéntrico. En el camino, la reconstrucción de las facetas más importantes de la casa impulsó a considerar a ese periodo de aislamiento como un momento más de la historia de la casa. Por lo tanto, un momento más por registrar. El resultado final es un conjunto de ilustraciones dividido en dos grupos: el primero, titulado 150 años en fachada, enfocado en el desarrollo histórico de la casa; y el segundo, titulado Algunas buenas costumbres, que se concentra en las vivencias dentro de La Casa Catapulta durante el periodo de cuarentena.