Este episodio es inevitablemente nostálgico. Podríamos decir que vamos a hablar sobre los desafíos de sobrellevar una oficina que se fragmenta en dos. Podríamos decir también que vamos a contar cómo sobrevivieron los otros, los que se van, cuando nosotros, los Parleteros, nos fuimos hace unos años y dejamos problemas por resolver, trabajo pendiente y un estudio en ciernes. Pero la verdad es que este episodio es más homenaje que historia. Incluso es posible que sea más despedida que homenaje: una forma de decir hasta pronto a la Belén y al Chiflo, arquitectos menos bulliciosos que nosotros y cómplices de La Parleta y cualquier otro proyecto de EseColectivo.
Como no les gusta hablar demasiado, fingimos que íbamos a hacer arquitectura y terminamos poniéndoles el micrófono y la Itinerante. Y ahí sí que nadie sabe decir que no. Y ahí aprovechamos.
Benvenuttix tuttix a nuestro encuentro con la orfandad. Benvenuttix a La Parleta.